Alexander Herrmann nació en París el 11 de febrero de 1844. Su vocación era de familia, ya que su hermano Karl era mago, y su padre era aficionado.
A los 10 años Karl le pidió que lo acompañase en una gira por Rusia como ayudante, a lo que Alexander aceptó con mucho gusto. Y gracias a esa gira se dio cuenta de que también quería ser mago profesional.
A los 10 años Karl le pidió que lo acompañase en una gira por Rusia como ayudante, a lo que Alexander aceptó con mucho gusto. Y gracias a esa gira se dio cuenta de que también quería ser mago profesional.
Tuvo mucho éxito en Estados Unidos, país donde se nacionalizó, aunque continuó haciendo giras por muchos países, dando shows ante grandes personalidades.
Era un excelente comediante; le encantaba sorprender a cualquiera, aún fuera del espectáculo. Su show combinaba misterio, Magia Medieval y prestidigitación. Tenía como guardián de su espectáculo a Mefistófeles, en quien se inspiraba para varios de sus trucos.
En 1875 contrajo matrimonio con Adelaida Scarcez, londinense, quien le sirviera de ayudante. Un truco muy recordado es el de la cremación, en el que supuestamente quemaba a su esposa y luego aparecía intacta, en otro truco la decapitaba y hablaba con la cabeza. También realizó durante muchos años el famoso desafío de La Bala Atrapada, donde tomaba con los dientes una bala real disparada con un arma de fuego.
Alexander Herrman fue uno de los magos que más lujosamente vivió, ya que para la época era mucho lo que recaudaba por año: más de U$ 100.000. Le encantaba rodearse de lujosas piezas adquiridas en bazares de Oriente, de Constantinopla, El Cairo, Turquía, etc. Era dueño del vagón del tren que transportaba su equipo, entre los que se encontraban numerosos animales, como un perro de México, un gato de Persia, un mono, jaulas con pájaros y otros; tenía un yate, el “Fra Diavolo”, y un estilo de vida a lo grande.
El 17 de diciembre de 1896, durante una gira falleció de un ataque al corazón, pero antes de morir le pidió a su esposa que continuase con el show. Ella así lo hizo, durante un tiempo con su sobrino y luego sola, como la gran Adelaide Herrmann, hasta los 79 años.